La ley de Linus Torvalds aplicada al MTB

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How the Linux OS Was Announced to the World in 1991 [pic]Uno de los fenómenos que nos ha obligado a repensar a la multitud como proveedora de conocimiento útil para desarrollar productos o servicios es el sistema operativo Linux. De hecho suele ser habitual recurrir al software de código abierto (open source) como desencadenante de la innovación de usuario. Frente al sistema «oficial» Windows apareció un nuevo código desarrollado a través de una inmensa red de contribuyentes. Parecía imposible, pero sucedió. Algo parecido podemos decir de la Wikipedia.

Pues bien, a partir estos casos, se formuló lo que se ha venido en llamar como la Ley de Linus Torvalds:

Dado un número suficientemente elevado de ojos, todos los errores se vuelven obvios.

¿Qué sucede con el sector de MTB? Que no solo se «destripa» el producto (por ejemplo a través de los foros de usuarios en Internet) sino que en la medida en que son muchas las personas que practican este deporte, la probabilidad de descubrir cualquier tipo de error tiende a ser del 100%. Hay demasiados ojos mirando y testando día a día el producto por lo que los problemas que pudiera tener acabarán por aparecer.

¿Y qué debe hacer una marca de MTB? Es evidente que no puede frenar a este ejército de gente ansiosa por compartir experiencias en torno a su pasión. Así que no queda sino relajarse y disfrutar. ¿Cómo? De alguna forma tendrá que aprovechar este caudal de conocimiento. No sirve de nada enrocarse pensando en que tenemos el mejor producto del mundo porque las evidencias estarán ahí.

Por aquí va una de las líneas fundamentales de nuestra tesis doctoral: ¿de qué forma puede intervenir una marca en comunidades preexistentes de usuarios? Tiempo al tiempo. Llegarán las propuestas 😉

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3 Comentarios

  1. Fernando Lobato Amenedo

    Discrepo 🙂
    El probador ha de estar cualificado, sino su opinión no está basada en «criterio objetivo», algo que creo es imprescindible.

    Conozco a «expertos» que me cuentan cosas «de la misma bici que tengo» e ignoro totalmente. Sin embargo, con esto de sacar modelo nuevo cada año, es imposible tener conclusiones de fiabilidad. Luego aplican lo del software propietario: «si rompe ya reparamos», pero ya han pagado.

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    1. Julen Iturbe-Ormaetxe (Autor del artículo)

      Aspaldiko! Hola, Fernando. Encantado de verte por aquí 🙂
      Quizá sea una cuestión de «complementar» lo que consigues con un «probador cualificado» y lo que consigues a través de una inmensa cantidad de usuarios poniendo los ojos en un producto. Te puedo poner el ejemplo de una marca que descubre un error en los pares de aprieta de la documentación técnica de una bici de alta gama porque los usuarios se dan cuenta de ello. ¿Un tema menor? Bueno, a todo el mundo se le puede pasar un error como ese pero si el documento pasa por muchas manos, la probabilidad de que se descubra un error es mayor.
      No estamos nunca ante productos «perfectos» porque son sometidos a usos muy diferentes y en condiciones que también pueden variar.
      En cualquier caso el temas de las pruebas, bufff, eso de aplicar «criterios objetivos» me parece más deseo que realidad. Pero, insisto, para mí es lógico «sumar» conocimiento: experto y profano 😉

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  2. Pingback: La ley de Linus y los papeles de Panamá, tarde y mal | Consultoría artesana en red

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