¿Quién manda en el sector del MTB?

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Cada sector de actividad podría considerarse único. Las complejas relaciones de poder entre clientes y proveedores suelen conformar escenarios únicos. Es preciso entender el producto y a quiénes están detrás de él, con qué tecnologías se desarrolla y de qué forma se vende. En este sentido, la bicicleta en general y el MTB en particular conforman, como no podía ser de otra manera, una realidad dinámica y compleja.

En primer lugar hay que tener en cuenta la cantidad de tecnologías que se incluyen en una MTB y que, como es lógico, provoca la aparición de muchos «especialistas». Además, ya explicamos en su día que el sector está muy atomizado y que con con el tiempo se han ido conformando una extraordinaria cantidad de nichos

Quizá alguien pudiera pensar que es quien fabrica la MTB quien tiene la sartén por el mango. Me temo que, en líneas generales, no es así. En el mercado existen proveedores de ciertos componentes que en muchas ocasiones exceden de largo en volumen y capacidades a gran parte de los fabricantes (quizás hay que hablar más de «montadores» que de fabricantes). Hablamos, claro está, de «gigantes» como Fox o Shimano por colocar dos simples ejemplos.

Para complicar más aún el panorama, la irrupción de las bicis eléctricas incorpora un nuevo agente: el fabricante del sistema de asistencia al pedaleo. Y es que el «motor» de la bici eléctrica bien puede ser fabricado por Bosch, por citar a uno de los más habituales. Esto quiere decir una pequeña empresa con 264 centros de producción, 250 delegaciones comerciales y 261.300 empleados en todo el mundo, según datos de la Wikipedia. Ahí es nada este «nuevo» player.

Cierto que entre los fabricantes de MTB los hay de diferente dimensión. Desde los grandes como Giant, Trek o Specialized hasta marcas de nicho que buscan una diferenciación que les proporcione un hueco en el mercado. Y no hay que olvidar que la mayor parte de la fabricación de cuadros, cuando no de las bicicletas enteras, viene de Taiwan, otro agente en el sector que hay que considerar.

Así pues, el panorama es complejo, un sector atomizado con muchos agentes y una distribución que llega al usuario final en su mayor parte a través de distribución física en tiendas especializadas (sin olvidar la gran distribución e Internet). Un sector, como podéis deducir, atractivo para analizar y donde no queda clara la respuesta: ¿quién manda aquí?

La imagen es de Kevin Doncaster en Flickr.

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4 Comentarios

  1. Nick

    Peliagudo tema has escogido hoy. Ahora que estoy haciendo de diseñador/ensamblador de una mbt eléctrica, voy a hacer una precisión: el sistema de asistencia al pedaleo no es lo mismo que el motor. De hecho, es incluso más importante.

    Un buen motor de eje pedalier o de buje está muy bien, pero lo cierto es que un mísero motor de 250w con una batería mediana ya transforma a cualquier señora madura en un rodador neerladés al que no puedes seguir en llano.

    De ahí hacia arriba, el límite sólo son los euros. Puedes hacerte un vehículo de dos ruedas con el que coronar todos los pirineos de irun a girona sin sudar apenas y sin que nadie vea más que un esforzado ciclista.

    Pero lo que dota de utilidad y verdadera comodidad a watios y amperios de motor y baterías es el «cerebro» de la bestia, el sistema de control. Está bien tener un acelerador de gatillo, pero la progresividad de los niveles de asistencia y la facilidad de manejo del controlador electrónico son lo que marca la diferencia. Además de las infinitas posibilidades de configuración y tuneo.

    Así, uno de los chismes más comentados en los mentideros de ebikers, el Cycle Analyst, cuesta casi tanto como una bici de paseo.

    Venga, un saludo.

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    1. Julen Iturbe-Ormaetxe (Autor del artículo)

      Gracias por matizar la diferencia, eso que voy aprendiendo 🙂

      Tengo la sensación de que la bici eléctrica va a cargarse ciertos «estándares» de nuestro pensamiento actual. Hace poco me pasaron datos de una encuesta a más de 3.500 usuarios supuestamente «metidos» en el sector y asiduos de foros. Pues bien, solo el 12% decía que le interesaba «de verdad». Me parece que la extensión en el uso de las eléctricas va a llegar antes por quienes no están tan involucrados en este mundillo. Eso sí, sigo pensando que este tipo de bicis incorporan unas tecnologías que estaban fuera del radar de las grandes marcas. Ahora mismo parecería que las marcas en su apuesta por las eléctricas van por delante de los usuarios. Creo que hay mucho marketing por trabajar.
      Por cierto, lo que comentas del Cycle Analyst no deja de esta en línea con toda esta fiebre de, sea lo que sea, controlarlo y disponer de datos, ¿no? En otro plano, pero el fondo es el mismo.
      Disfruta 🙂

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      1. Nick

        Bueno, los datos existen porque el chisme ejerce control sobre los parámetros. El objetivo del CA no es tanto crear big data de tus pedaladas, sino regular de manera muy precisa e individualizada la forma en la que el motor te entrega la ayuda disponible.

        La «calidad» de esa asistencia al pedaleo es lo que diferencia una bici de una moto. Mantener la experiencia ciclista y logar que cualquiera supere un 25% de pendeniente es el objetivo de estas tecnologías de control del motor.

        Y si, como dices en el siguiente post, el mercado de estas bicis es otro: cincuentones de buen ver, a los que la idea de subir al gorbea o al pagasarri en bici les resulta apasionante, pero que no pueden asumir el entrenamiento necesario para hacerlo por sus propios medios.

        Y luego, la edad tiende a igualar las cosas. En el grupo txalupa de donosti conviven cuarentones machacas con sesentones a los que la eléctrica les permite seguir saliendo cada domingo a hacerse sus 50km. por los montes: http://txalupatxirrindularitaldea.blogspot.com.es

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        1. Julen Iturbe-Ormaetxe (Autor del artículo)

          Será entonces que la tecnología «une» porque mitiga las diferencias de rendimiento… esta es una idea interesante, desde luego. Lo que no me queda tan claro es que desde una perspectiva competitiva (algo que me parece bastante enraizado en el uso de una MTB dirigida al XC) no se vea la asistencia al pedaleo como un síntoma de cierto «desprestigio». Me vienen a la cabeza los datos de una encuesta en Francia y Bélgica a gente del mundillo y cómo se percibía como las bicis eléctricas no iban con el «espíritu». Esto, de acuerdo, es una interpretación a los resultados que observé. No obstante, tiempos bonitos estos que nos llegan en cuanto a bicis eléctricas. Ya te contaré cuando compre mi primer cacharro con asistencia al pedaleo jejeje.

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