El decreciente valor percibido de la tesis doctoral

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Compartimos post «pesimista», que de todo hay en este camino hasta tener bajo el brazo el título de doctor. Estoy ahora mismo en pleno proceso de elaboración del soporte para la defensa de la tesis, eso que sucederá el próximo 12 de julio a las 11 de la mañana. Sí, pasamos, cómo no, por un PowerPoint en el que volcar aquello que creemos aporta valor. Eso supone ir repasando los contenidos de la tesis… ¡otra vez! ¿Y qué sensación va quedando? Empiezo a quitarle valor. Cada vez la veo con mayor sentido crítico. Crítica negativa.

No es algo que no me esperara. Ya estaba avisado sobre este sentimiento de que, con el tiempo (o al menos en estos primeros momentos de revisión), suele ser habitual un cierto distanciamiento de la obra. Entramos en esos momentos en que te asaltan las dudas: ¿tres años largos de dedicación para este resultado? ¿De verdad lo que hemos escrito es lo que deberíamos haber podido escribir? Y ahí entras en un bucle del que acabaremos saliendo, aunque no sé si con alguna herida seria. Quizá el guion exija no escribir de estas cosas, pero a mis 53 años tengo ya edad de no callarme determinadas sensaciones.

Con cierta distancia es fácil ver aquello que no hemos logrado con la tesis: el acceso a fuentes que no conseguimos, mayor profundización en determinados elementos del marco conceptual, alguna que otra entrevista que podría haber añadido perspectiva, una mejor presentación de gráficos o la misma maquetación en sí. Miras las conclusiones y… ¿de verdad estás acertando con esa lista que aportas? ¿No deberíamos haber bajado algo más y buscar respuestas más ligadas aún a los objetivos y a las preguntas? ¿De verdad somos coherentes con la estructura de la tesis?

Hay lo que hay. Supongo que hay que dejar de llorar y continuar hasta el final. Mucha gente te dice que esta especie de «vacío» que uno siente es algo común en un proceso tan largo. Mal de muchos, consuelo de tontos. Pero ahí estamos, en esa parte valle de la ciclotimia que suele acompañar a este tipo de trabajos. Este blog del doctorado también sirve como válvula de escape. No es la primera vez en que lo utilizo para ello. Claro que el vaso medio lleno cuenta con proyectos, con un recorrido que va más allá de la defensa, con un curso académico 2018-19 en el que quiero plantear actividades diferentes a la universidad. Sí, todo eso también está ahí. Pero no tengo nada clara la verdadera aportación de valor que hacemos. Disculpas.

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