Sobre el optimismo de la European Cyclists’ Federation

Facebooktwitterpinterestlinkedinmail

ECF ImpactReport 2018

No parece haber duda de que el uso de la bicicleta va ganando terreno en nuestra sociedad. Sobre todo en las ciudades se va notando poco a poco cómo proliferan infraestructuras para que las bicis puedan tomar cada vez más protagonismo. Se promueve un estilo de vida saludable y, al mismo tiempo, se limitan los devastadores efectos de los vehículos con motores de combustión. Sí, no tengo duda de que vamos a mejor. Pero…

Uno echa un vistazo al reciente informe 2018 de la European Cyclists’ Federation ECF y de repente parece que vivimos en un mundo idílico en el que todo son datos positivos. Sí, parece que todo va a ser favorable para que quienes pedaleamos consigamos el paraíso, que se traducirá, entre otras cosas, en:

  • El reconocimiento de los derechos de los pasajeros en los trenes con unas condiciones mejoradas para el transporte de nuestras bicis e intermodalidad.
  • Un marco regulatorio europeo para mejorar las condiciones de seguridad de las bicicletas junto al tráfico rodado.
  • Una directiva europea relacionada con la eficiencia energética de los edificios que incluirá aparcamientos para bicicletas.
  • Criterios verdes de compra de bicicletas por parte de las Administraciones Públicas como parte de sus políticas de movilidad.

Todo muy bonito. El documento de impacto elaborado por la ECF aporta datos de diferentes ámbitos. Claro, tienen que demostrar el impacto que conseguimos con las bicis. Incluyen, por ejemplo, un apartado dedicado a las rutas Eurovelo:

With 15 different routes totalling over 70,000 km, EuroVelo is the World’s largest transport and tourism cycle network. When complete it has the potential to generate 60 million trips and 7 billion EUR direct revenue for the European economy.

Sí, pero cuando miras el estado del proyecto, todavía falta mucha infraestructura por crear. Los buenos deseos están ahí, pero la realidad es la que es. Se presume de la red de agentes implicados y del programa velo-city, el evento mundial que los integra y reúne. En 2017 fue en Arnhem – Nijmegen (Holanda) y en 2018 en Río de Janeiro, mientras que el de 2019 tendrá lugar en Dublín. En fin, no sé, lo he estado leyendo y echo en falta contenidos sobre dificultades y algún que otro objetivo que esté costando más de la cuenta. No digo que no sea importante poner en valor lo que se va consiguiendo, pero creo que cualquiera que pedalea por una ciudad en esta parte del sur de Europa es consciente de que queda un largo trecho por mejorar.

 

 

twitterlinkedinrssyoutubeinstagramflickr

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *