“Innovation Toolkits” cuando de usuarios se trata

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Mi lado hormiga sigue leyendo en torno a innovación de usuario a fin de ir centrando la forma en que desarrollar la investigación para el doctorado. Ando enfrascado en comprender hasta qué punto lo que se ha venido en llamar «Innovation Toolkits» puede ser un buen eje conductor. A fin de cuentas se da por entendido que cuando una organización se pone a innovar con sus propios recursos ya dispone de herramientas, metodologías y conocimiento suficiente en torno a sus productos o servicios. Pero, ¿se ponen herramientas a disposición de los usuarios para que hagan bien su trabajo de innovar?

El asunto tiene que ver primero, por supuesto, con reconocer que ahí fuera existe una fuerza bruta quizá escasamente aprovechada. Hablamos del conocimiento y la capacidad de innovar de los usuarios, sean concebidos en su totalidad o como un pequeño grupo de «usuarios líderes». Si fuera el caso que reconocemos que sí, que hay conocimiento profano de interés en ellos, ¿no convendría poner a su servicio ciertas herramientas para ayudarlos en su labor? A fin de cuentas ya están innovando pero puede que en demasiadas ocasiones la empresa ni lo sepa.

Es entonces cuando se habla de hidden innovation. ¿Cuántos desarrollos de producto, cuántos inventos no saben los propios fabricantes que sus usuarios han creado? Por debajo de la línea oficial de innovación en producto/servicio fluye un magma que escapa del radar de las empresas. Sucede porque los usuarios líderes no se conforman con lo que les entregan y despliegan su creatividad natural en aquello que les apasiona. A veces por puro deseo de personalización, a veces más compartido en comunidad.

Eric von Hippel, el padre reconocido de la criatura User Innovation tiene varias publicaciones sobre lo que él llama toolkits. Desde su punto de vista deben ayudar a cumplir cinco objetivos:

  1. Que los usuarios puedan realizar ciclos completos de ensayo-error para avanzar en su investigación-acción.
  2. Que se les ofrezca un «espacio de soluciones» que les acompañe en el diseño de lo que quieren crear.
  3. Que la actividad a desplegar con el producto/servicio sea «user-friendly» a fin de que anime a la experimentación.
  4. Que se ofrezcan módulos fáciles de incorporar en sus soluciones provenientes de desarrollos de otros usuarios o de la propia organización.
  5. Que las propuestas sean fabricables sin necesidad de una revisión posterior por parte de la empresa.

En fin, lo que propone von Hippel es facilitar contextos donde la actividad innovadora de los usuarios sea más productiva. Algo así como: esta gente también debería disponer de buenas herramientas para hacer su trabajo. ¿Acaso no lo hacemos así con nuestro equipo profesional? Pues algo parecido para todas esas personas que se involucran de una u otra forma con nuestros productos/servicios.

Por cierto, no quería dejar pasar la ocasión de agradecer a Nathalie Gasnier la joyita de artículo que me ha facilitado vía Twitter y que me ha conducido hasta The Science of Cicology.

Aprovecho para acompañar con una segunda nube de conceptos con los que estoy trabajando ahora en la investigación. Vendrán más 🙂

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